El Cultural nos ofrece fragmentos del libro Keith Richards. Vida, escrito por el propio guitarrista de los Rolling Stones. Una parte de los textos:
Encuentro con Mick Jagger (1961)
¿Fue amor a primera vista? Si te metes en un vagón de tren con un tío que lleva bajo el brazo la grabación de Chess Records del Rockin’ at the Hop de Chuck Berry y The Best of Muddy Waters también, cómo no va a ser amor a primera vista, si el tío tiene en casa el tesoro del pirata Henry Morgan, las movidas auténticas. Yo no tenía ni idea de cómo hacerme con nada de eso. […]
Y el tío iba con todo aquel material debajo del brazo. «¿De dónde coño has sacado todos esos discos?» La cuestión, siempre, eran los discos, desde que tenías once o doce años, el gran tema era quiénes tenían los discos y con ésos era con los que andabas. Los discos eran un tesoro. Yo, con suerte, podía comprarme dos o tres singles cada seis meses. [ ] Bueno, el tema es que nos pusimos a hablar: él todavía cantaba con un grupillo, cosas de Buddy Holly y tal. Yo no había ni oído hablar de nada de eso pero le dije: «Pues yo también toco un poco… Podría ir a tocar con vosotros, probamos otras historias». Casi se me pasa la estación de Sidcup porque todavía estaba copiando los números de las referencias de los discos de Chuck Berry y Muddy Waters que llevaba Mick ese día. Rockin’ at the Hop: Chess Records CHD-9259.
Mick había visto tocar a Buddy Holly en el Wollwich Granada, ésa fue una de las razones por las que me pegué a él como una lapa; y porque tenía muchos más contactos que yo; ¡y porque la colección de discos de aquel tío era la leche! Yo no estaba nada metido en el mundillo musical por aquel entonces, comparado con Mick, en cierto sentido era un paleto de tomo y lomo. Él en cambio tenía controlada la movida de Londres, estaba estudiando económicas en la London School of Economics y conocía a gente de todos los pelajes. Yo ni tenía dinero ni sabía un carajo de nada, como mucho llegaba a leer titulares («Eddie Cochran actúa con Buddy Holly») en revistas como New Musical Express. ¡Joder, cuando sea mayor me voy a pillar una entrada! Pero claro, todos estiraron la pata antes.
Huida a Tánger con Anita Pallenberg (1967)
Anita, la muy sexy hija de puta. Una de las mujeres más increíbles del mundo. La cosa fue yendo a más poco a poco en Courtfield Road. En ocasiones a Brian se le apagaba la luz de pronto y caía redondo: Anita y yo nos mirábamos. Pero ése es Brian y ésta es su chica y ahí queda todo. No se toca. La idea de robar la tía a otro miembro del grupo no cabía en mi cabeza, así que los días iban pasando.
La verdad era que yo miraba a Anita, y miraba a Brian, y la miraba otra vez a ella y pensaba: no hay nada que pueda hacer para evitarlo, al final voy a tener que estar con esta tía. […]
Además yo estaba empezando a darme cuenta de lo que pasaba entre ellos, oía los golpes por las noches, y a la mañana siguiente aparecía Brian con un ojo morado. Él era de los que pegan a las mujeres, pero si había una mujer en el mundo a la que mejor no pegar ésa era Anita Pallenberg; siempre que se peleaban Brian acababa vendado y lleno de moratones. Todo aquello no tenía nada que ver conmigo, ¿verdad? Yo sólo andaba por allí para pasar tiempo con Brian. […]